La apuesta por los cuidados alternativos frente al COVID-19

La apuesta por los cuidados alternativos frente al COVID-19

Hace más de un año, las organizaciones de la sociedad civil ya advertíamos que los riesgos y afectaciones secundarias que sufriría la niñez y la adolescencia en México a causa de la pandemia por COVID-19 serían graves e irreversibles de no atenderlos.

Se señalaba que la falta de medidas dirigidas a las niñas, niños y adolescentes agudizarían situaciones como pobreza, violencia y rezago educativo. Este grupo de la población no fue prioritario en las estrategias, ya que directamente no presentaban un alto riesgo de mortalidad y de contagio por el virus. el número de niñas, niños y adolescentes que han perdido el cuidado familiar a causa del COVID-19 en el mundo. 

Sin embargo, hoy son ellas y ellos a los que el COVID-19 ha dejado en situación de gran vulnerabilidad, afectando sus derechos, específicamente el derecho a vivir en familia. Recientemente la Revista Lancet publicó una estimación del número de niñas, niños y adolescentes que han perdido el cuidado familiar a causa del COVID-19 en el mundo. 

México es de los países más afectados por esta problemática, posicionándose en el tercer lugar por debajo de Perú y Sudáfrica, registrando una tasa de muerte de cuidadores primarios o secundarios de 5.1 por cada 100 mil niños. Dicho estudio muestra que en nuestro país más de 141 mil niñas y niños han perdido el cuidado de sus cuidadores primarios por COVID-19.

Es importante mencionar que, desde antes de la pandemia, el derecho a vivir en familia no era la realidad de muchas y muchos niños en México. Según el censo del 2020 de INEGI, se registraron a más de 64 mil personas entre 00-19 años viviendo en centros de asistencia social y específicamente alrededor de 23 mil viviendo en albergues para menores. 

Lo anterior demuestra la necesidad de una respuesta urgente que garantice el desarrollo psico afectivo, social, de identidad y de protección, evitando así la institucionalización. 

Es importante que las medidas contemplen la prevención de la pérdida del cuidado, la detección y la atención adecuada cuando se presenta esta situación. Como lo ha establecido la Convención de los Derechos del Niño, la familia es el espacio fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de las niñas y niños. 

La familia es donde reciben la protección y asistencia necesarias en un ambiente de cariño, amor y comprensión. Es por eso que es una obligación de los Estados:

1. La adopción de la definición más amplia de orfandad

Es fundamental la elaboración de registro de menores en orfandad por COVID-19, que permita el análisis situacional actual, y en este sentido, se debe de incluir a la niñez que ha perdido cualquier tipo de cuidado parental. Ya que la definición acotada de orfandad se refiere a la pérdida de ambos progenitores. Pero, esta definición no responde al contexto de nuestro país. Sabemos que la composición de las familias es diversa y no solo existen las familias integradas por padre, madre e hijos, también tenemos familias monoparentales, familias extensas donde abuelos, tíos, primos o hermanos se hacen cargo de los niños. 

2. El fortalecimiento familiar 

Se deben implementar mecanismos que prevengan la separación de las familias, este punto ya era necesario antes de la pandemia y sigue siendo así, ahora más que nunca. Por eso, se debe brindar a las familias herramientas, información y apoyo que permitan generar competencias, recursos e innovaciones centradas en el niño y su familia.  También, se debe promover el cuidado y protección de niñas y niños en comunidad, donde ésta se convierte en una red sólida y dinámica. 

3.Buscar la reintegración familiar y la promoción de los Cuidados Alternativos 

En el caso de la niñez que ya se encuentre en esta situación y no le sea posible desarrollarse en el seno familiar nuclear, es necesario promover diferentes alternativas. En primer lugar, la reintegración a otros familiares o figuras referentes, esto implicaría la legalización jurídica de tutores y apoyos necesarios para el fortalecimiento. 

Y en el caso donde no sea posible esta reintegración, promover un cuidado alternativo, ya sean las familias de acogida, alojamientos residenciales con modelo familiar, adopción, viviendas asistidas, entre otras. 

4.Acciones centradas en Interés Superior del Niño

Por último, es importante reiterar que todas las decisiones que se tomen respecto a la vida de un niño, siempre deben de responder a su interés superior, es decir que sean las idóneas, necesarias y sobre todo, los niños y niñas deben de participar en la toma de decisiones.  

En conclusión, todos estos aspectos mencionados deben ser vistos como responsabilidad de todas y todos, desde los tres poderes y tres niveles de gobierno, así como de las organizaciones de la sociedad civil y de la sociedad en general. Es necesario que se destinen los recursos y esfuerzos para poder atender esta problemática.  No podemos dejar atrás a estas niñas, niños y adolescentes que han quedado en situación de orfandad por la pandemia.

 

1. Susan D. Hillis (2021, julio 20). Global minimum estimates of children affected by COVID-19-associated orphanhood and deaths of caregivers: a modelling study - The Lancet. Consultado en : https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(21)01253-8/fulltext#sec1 

 2. Instituto Nacional de Estadística y Geografía INEGI (2020). Censo de Alojamientos de Asistencia social. https://www.inegi.org.mx/programas/ccpv/2020/default.html#Tabulados