marzo 31 2021
Juventud desprotegida
Cumplir dieciocho años es una fecha simbólica en la vida de los jóvenes mexicanos, marca el inicio de más libertades, pero también de más responsabilidades. Sin embargo, ¿qué pasaría si al cumplir la mayoría de edad dejas de tener un techo donde vivir, comida, acceso a la educación y peor aún, no tienes a nadie a quién recurrir?
Estando en ese escenario, cumplir 18 años deja de ser un sueño y se convierte en una angustia, misma que vivirán los 33,118 niños y niñas que viven institucionalizados de acuerdo a datos del último Censo de Alojamiento de Asistencia Social (CAAS) realizado en 2015.
Desafortunadamente en México existe falta de información y de estadísticas gubernamentales que rindan cuentas sobre la situación de los jóvenes egresados de los Centros de Asistencia Social (CAS), albergues o casas hogares. Aunado a ello, la mayoría de los CAS no cuentan con programas de egreso que contribuyan a la autonomía gradual y vida independiente de los jóvenes.
Jóvenes sin derechos
Cuando un joven debe egresar del sistema de protección tiene dos opciones: Vivir en la calle, porque no cuenta con una red de apoyo o regresar al hogar del que fueron separados cuando eran niños. Es normal no querer regresar a ese lugar, porque por alguna razón fueron separados de su familia.
-“En mi caso, yo tenía claro que no quería regresar con mi familia biológica, pero no tenía otra opción. Cuando salí de la casa hogar, me di cuenta que los jóvenes egresados no cuentan con herramientas, apoyo y acompañamiento para iniciar su vida independiente. ¿Cuántos años más tienen que pasar para que esta situación cambie?-“ expresó Tatiana, joven egresada del sistema de protección durante el Diálogo Intergeneracional: Experiencias de personas jóvenes egresadas de Centros de Asistencia Social.
Un joven egresado del sistema de protección debería de tener los mismos derechos que un joven que cuenta con cuidados parentales y que ha decidido iniciar su vida independiente, sin embargo, eso, aún no es una realidad, porque los jóvenes egresados deben enfrentarse a un sistema desigual con rezagos estructurales en materia de educación, salud y empleo, aunado a las pocas oportunidades para adquirir y comenzar su vida profesional.
Cuando un niño pierde el cuidado de sus padres y ningún miembro de su familia extensa quiere o puede hacerse cargo de él, automáticamente el Estado asume la responsabilidad de cuidarlo, protegerlo y guiarlo, garantizando así su sano desarrollo en centros de protección como orfanatos, albergues, casas hogares y familias de acogida, pero al entrar a ese proceso surge una pregunta: ¿Realmente se restablecen los derechos del niño de forma integral, cuando su derecho a vivir en familia ya lo ha perdido? Ahora, ¿qué sucederá cuando ese niño crezca y deba dejar en el Centro de Asistencia Social donde ha crecido y enfrente el mundo sin el apoyo de nadie? Porque no tiene ninguna referencia familiar.
Desafortunadamente, el camino de ese joven estará lleno de incertidumbre:
- Habrá perdido su derecho a la educación, a los 18 años apenas están por concluir sus estudios en el nivel medio superior y él no podrá considerar la posibilidad de estudiar una carrera universitaria, sin el apoyo de alguien.
- No podrá tener acceso a un empleo digno, porque no contará con las habilidades y herramientas necesarias para desarrollar su vida profesional.
- Es muy probable que tampoco tenga un lugar donde vivir y si llegase a tener la posibilidad de arrendar un espacio, le solicitarán un aval.
- No tendrá una red de apoyo a la que pueda recurrir en momentos de necesidad, porque no cuenta con un núcleo familiar que le brinde apoyo moral y económico.
El egreso exitoso de los jóvenes no debería depender de la institución de la que egresen, desafortunadamente muy pocos CAS cuentan con programas que permiten a los jóvenes adquirir herramientas para su vida independiente.
Por ello, es importante que el gobierno cree y apoye políticas públicas que garanticen que el egreso de un joven sea paulatino, permitiéndole desarrollar habilidades para su desarrollo, garantizando su derecho a la educación, proporcionándole habilidades para encontrar un empleo digno y acceso a servicios de salud y vivienda.
Construyendo una red de apoyo
-” Cuando decides comenzar a vivir de forma independiente, primero debes buscar un empleo para poder solventar tus gastos. Durante la entrevista, surgen preguntas sobre tu entorno familiar y cuando les respondes que creciste en una institución, primero guardan silencio y luego comienzan a cuestionarte sobre cómo es vivir en un lugar así. Es incómodo, porque tu situación les genera morbo o curiosidad y cuando te preguntan sobre las referencias familiares, la respuesta es que no existen y eso hace que te cuestionen más cosas. -” comentó Alemania sobre los retos que ha enfrentado al ser una joven egresada del sistema de protección.
En general, la sociedad desconoce lo que es un Centro de Asistencia Social y los servicios que brindan, pero desconoce aún más la problemática del egreso a los 18 años que enfrentan miles de jóvenes que han crecido sin cuidados parentales, no solo en México, sino en todo el mundo.
Ante este panorama, la Red Latinoamericana de Egresados de Protección busca mejorar las condiciones de vida de los jóvenes egresados, con el propósito de fortalecerlos y prepararlos de manera integral para su camino hacia la independencia, trabajando bajo tres líneas:
- Gestión de investigaciones para conocer la realidad de los egresados del sistema de protección en cada país de Latinoamérica.
- Incidencia en políticas públicas para contribuir en la mejora de estructuras sociales y legales de los egresados del sistema de protección.
- Impulso a la participación juvenil, generando redes de vinculación y acercamiento entre egresados del sistema de protección y la sociedad en su conjunto.
Actualmente, la Red está compuesta por 17 organizaciones en nueve países de Latinoamérica, entre las que se encuentra Aldeas Infantiles SOS México, Argentina y Chile. Los jóvenes que integran la Red Latinoamericana de Egresados de Protección exigen a los Estados de la región la implementación de políticas públicas que les brinden acompañamiento, protección, apoyo e información a los jóvenes que viven en los CAS, además piden visibilizar la situación de los niños y adolescentes que viven sin cuidados parentales porque cuando crezcan serán parte activa de la sociedad.
-“Hoy nos pronunciamos y exigimos que no queremos dar un paso atrás, que somos ciudadanos, que debemos tener plena garantía de nuestros derechos humanos y que confiamos en poder tener otra realidad y estamos a disposición para trabajar codo a codo en todo lo que sea necesario”- pronunciaron los jóvenes durante la Declaratoria en el 4to. Congreso de la RED LATAM, el mensaje fue dirigido a los Estados con la finalidad de mejorar la calidad de cuidado de los niños, adolescentes y jóvenes que viven en el sistema de cuidados alternativos.
Para garantizar el egreso exitoso de los jóvenes, los Centros de Asistencia Social deben contar con profesionales capacitados y empáticos ante la situación de la juventud en situación de vulnerabilidad, que escuchen las necesidades de cada joven para crear un plan de egreso acorde a sus habilidades y aptitudes, además es importante dar acompañamiento tras su egreso.
Por otro lado, el Estado debe crear programas de apoyo garantizándoles acceso a servicios de salud y vivienda, a una bolsa de trabajo, y principalmente que tengan como objetivo mejorar la calidad del sistema de institucionalización de la infancia y adolescencia brindándoles herramientas que contribuyan a su futuro.
El futuro de los jóvenes egresados de sistemas de protección aún es desalentador y no podemos seguir cerrando los ojos ante su situación, por ello, los CAS, el Estado y las Organizaciones de la Sociedad Civil necesitan trabajar en conjunto porque su futuro es responsabilidad de todos.