¿Qué hace la juventud ante el COVID-19?

¿Qué hace la juventud ante el COVID-19?

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia calcula que para el 2030 existan más de 2 mil millones de jóvenes en el mundo, y en ellos se ha depositado la esperanza de un mejor futuro.

“Los jóvenes son el futuro” es una frase llena de inspiración y esperanza, porque nos lleva a creer que el futuro será mejor que el presente, sin embargo, ¿qué pasa cuando el presente genera incertidumbre y el futuro aún más? 

En Aldeas Infantiles SOS reconocemos que los niños, adolescentes y jóvenes son nuestro presente y futuro, por ello es importante que les brindemos apoyo, confianza y seguridad, pues esto les permitirá contar con las herramientas para construir el futuro que desean y merecen. Es importante que la sociedad asuma la responsabilidad de crear oportunidades para los jóvenes durante su presente y futuro. 

La pandemia por COVID-19 vino a cambiar el mundo y el futuro parece incierto, sobre todo para los jóvenes que han tenido que enfrentarse al desempleo, al rezago tecnológico, a la deficiencia del sector educativo y de salud. La situación ha hecho que tomen mayor conciencia de su entorno y realidad, cuestionándose cómo podrán construir un futuro si ahora mismo sienten que sus proyectos de vida se han detenido o enfrentan nuevos retos para llevarlos a cabo.

La pandemia ha transformado su presente y futuro

-“Al principio fue difícil para todos, rompíamos la regla de quedarnos en casa y nos saltábamos la barda, no nos gustaba estar todo el tiempo encerrados, extrañábamos ir al colegio, ver a nuestros amigos y familia. Con el paso de las semanas comprendimos la importancia de permanecer en casa y de cuidarnos para hacerlo con los demás”- comenta un joven participante de Aldeas Infantiles SOS Nicaragua.

En el marco del Día de la Juventud, jóvenes participantes de diferentes Aldeas en América Latina se reunieron a través del webinar “Juventudes SOS frente al Coronavirus” en el que compartieron sus experiencias ante la pandemia que se vive en el mundo y cómo esto ha transformado su presente y futuro, asimismo hicieron visibles las consecuencias económicas, políticas y sociales que ha dejado el Coronavirus en sus países.

El confinamiento ha sido la medida de seguridad que todos los países han optado para evitar la propagación del virus, es así como las clases presenciales pasaron a ser virtuales, las oficinas se quedaron vacías y las salas de los hogares han sido ocupadas para realizar teletrabajo, los gobiernos crearon programas de apoyo para personas en situación vulnerable, instituciones académicas y diversas plataformas habilitaron cursos gratis en línea, etcétera, sin duda la pandemia trajo consigo cosas positivas.

Sin embargo, esta situación también ha traído consigo desempleo, rezago tecnológico y educativo, falta de oportunidades para el desarrollo profesional de los jóvenes, la incertidumbre de no saber cuándo podrán concretar los planes que se habían planteado para este año, como el inicio de su proceso de vida independiente.

-“Lo que más me preocupa es mi educación, porque no es lo mismo tomar clases en línea que presenciales, las dudas a veces no se resuelven, la atención de los profesores deja mucho que desear y si no cuentas con una buen equipo y acceso a internet, todo se limita aún más”- comentó José, joven participante de Aldeas Infantiles SOS Colombia.

-“Con la pandemia hubo recorte de personal en el restaurante en el que trabaja, así que yo me quedé sin empleo, y hay muchas personas que están pasando por la misma situación”- expresó Javier, joven participante de Aldeas Infantiles SOS México que compartió con el resto de sus compañeros los retos que ha enfrentado durante la pandemia. 

-“Desde que inició el confinamiento no he podido ver a mi familia biológica, aunque ha sido difícil, sé que es lo mejor para que no nos contagiemos”- compartió Joskally, participante de Aldeas Infantiles SOS Nicaragua.

Durante el webinar, diez jóvenes compartieron con más de 200 asistentes sus experiencias ante la pandemia que se vive en el mundo desde finales del año pasado, pese a las circunstancias se mantienen positivos porque durante el confinamiento se han sentido seguros y protegidos por las cuidadoras, y el equipo psicopedagógico que se encuentran pendientes de ellos y los ayudan a canalizar sus emociones. Además, confían que en un futuro cercano puedan hacer realidad sus planes.

Haciendo conciencia de otras realidades

La pandemia ha traído consigo consecuencias económicas, políticas y sociales, las cuales han sido percibidas por los jóvenes porque las han vivido, las han escuchado a través de conocidos o al acceder a portales de noticias, donde todos los días leen algo relacionado al COVID-19.

Entre los temas que destacaron los jóvenes fue la violencia de género y la violencia contra niños y niñas, pues durante el confinamiento los índices de violencia intrafamiliar se han disparado, dejando desprotegidas a decenas de víctimas que han tenido que mantenerse en casa con sus agresores.

-“Cuando estaba preparándome para este webinar, empecé a leer datos sobre la violencia hacia los niños y niñas, leí muchos datos desalentadores y pensé en cómo se siente un niño que tiene que pasar todo el día en casa con su agresor, al menos antes podía ir a la escuela y escapar por unas horas de eso, pero con la pandemia corre más peligro”- expresó Javier.

Durante el diálogo también hablaron de los niños, adolescentes y jóvenes que viven en comunidades rurales que tienen limitaciones para acceder a las clases en línea o que incluso no acceden a ellas por la falta de recursos y de ahí la necesidad de crear alternativas para todos ellos y evitar el rezago educativo, pues es responsabilidad de los gobiernos garantizar sus derechos, aun durante la pandemia.

¿Cómo sería el mundo si todos los jóvenes contaran con el apoyo para desarrollar su potencial?

Sin duda, el mundo sería mejor, pero desafortunadamente la realidad es otra porque millones de niños, adolescentes y jóvenes no tienen acceso a la educación, no cuentan con servicio médicos, viven en situación de pobreza y de violencia, situaciones que limitan su potencial.

Para construir un mundo en el que los jóvenes hagan realidad sus sueños y metas, es necesario que el Estado, la sociedad y el sector empresarial creen iniciativas donde los jóvenes puedan desarrollar su potencial, adquieran experiencia laboral, generen proyectos propios, etcétera, donde la juventud se empodere y tenga el futuro que merece.