Cuando decidí ser Mamá
Cuando decidí ser Mamá

En 1999, Regina sólo tenía 24 años de edad y en ese momento tomó una decisión muy importante, convertirse en mamá social, dedicando así su vida a brindar amor y seguridad a sus 20 hijos.

A finales de la década de los años 90, la Aldea de Comitán recién abría sus puertas, Regina fue una de las primeras Mamás SOS en llegar, por ello su capacitación se llevó a cabo en una Aldea de Guatemala, ahí conoció de cerca la labor que estaba por asumir, escuchó las historias de otras mujeres que habían tomado la misma decisión que ella y se dio cuenta de la gran responsabilidad que tendría en sus manos.

A sus 24 años, ella sólo tenía la experiencia de cuidar a sus hermanos menores, venía de una familia numerosa y unida, eso la motivó a convertirse en Mamá SOS, quería cuidar, educar y guiar a niños.

Cuando asumió la responsabilidad del cuidado de una Familia SOS, se enfrentó a muchos retos que incluso la llevaron a cuestionarse si debía seguir en la organización, ya que creía que solo cuidaría a niños, pero también había adolescentes, con quienes fue difícil entablar una relación por diversos factores, entre ellos, que no la percibían como una persona de respeto por lo joven que era.

Sin embargo, poco a poco se ganó su confianza y admiración, mostrándoles que ella estaba ahí para escucharlos, ayudarlos y aconsejarlos.

De eso ya han pasado dos décadas, hoy Regina tiene 45 años de edad, es una referencia para todas las Mamás SOS, por su experiencia e historia de vida, principalmente por cómo enfrentó la situación de Osmar, un bebé de un mes de vida que llegó a la Aldea de Comitán con un diagnóstico médico muy desalentador ya que cuando lo tuvo en brazos le dijeron que seguramente no podía caminar, hablar y ver, las esperanzas de vida eran muy pocas.

Cuidar a Osmar representó todo un desafío para Regina, los médicos no habían podido diagnosticar su síndrome, él no respondía a ciertos estímulos como otros niños, su cabeza era muy frágil y crecía de manera irregular. Durante meses acudió a diversos hospitales, pero ninguno podía darle una razón de ser.

Después de dos años de búsqueda incansable, un médico le dijo: -“Su hijo tiene el Síndrome de Harper con Crouzon, el cual se caracteriza por una estatura corta y circunferencia craneal reducida, que afecta su desarrollo integral, es importante que lo operemos lo antes posible”-.

Así fue como Regina se enfrentó a la angustia de esperar más de doce horas fuera del quirófano y después aguardó cinco días en terapia intensiva, sin saber si Osmar despertaría y podría caminar, hablar o ver, ella se sentía como cuando lo tuvo por primera vez en sus brazos.  

En ese momento recordó la angustia que vivió con Gerardo, su hijo mayor, que debido al maltrato físico que recibió en los primeros meses de vida, sufrió de diversas complicaciones durante su infancia, lo que lo llevaba constantemente a estar en el hospital.

Al igual que Gerardo, Osmar despertó y regresó a casa junto a Regina, donde disfruta de una mejor calidad de vida, porque su estado de salud ha mejorado mucho permitiéndole realizar actividades como cualquier otro niño de su edad.

Regina ha construido una Familia SOS basada en la confianza, respeto y comunicación, muchos de sus primeros hijos ya son jóvenes independientes, pero el lazo que los une sigue intacto.

Ella se siente orgullosa por ver como Gerardo está construyendo el futuro que quiere, acumulando éxitos académicos, Osmar siendo un niño sano y fuerte, Carolina emprendiendo su vida laboral, Melisa definiendo que es lo que quiere para su porvenir.

Para Regina ser Mamá SOS ha significado un mar de emociones que le hacen recordar que es una fuerte, valiente, protectora y amorosa.