Hace un año todo cambió

Hace un año todo cambió

Cuando nos dijeron que debíamos permanecer en casa para evitar el contagio de un virus, creímos que sería solo por unos días o incluso semanas, pero no imaginé que fuera por varios meses, hace un año que vivimos en confinamiento y aunque todo ha cambiado, en Aldeas Infantiles SOS estamos bien.

Mi nombre es Irene y soy Cuidadora SOS en la Aldea de Ciudad de México, bajo mi cuidado están cinco jóvenes varones de entre 14 y 19 años de edad, aunque al principio para todos fue como estar de vacaciones en época escolar, poco a poco todo se fue complicando.

A la mayoría nos costó trabajo adaptarnos a esta nueva realidad, porque nos dimos cuenta que a pesar de vivir juntos, pasábamos poco tiempo en familia. Antes solo estábamos juntos durante el fin de semana, porque la dinámica era otra y con el confinamiento por el COVID-19 nos dimos cuenta que no éramos pacientes y mucho menos tolerantes, ni empáticos entre unos y otros. Fue difícil adaptarnos, porque estábamos 24 horas al día, todos los días juntos.

Con el paso del tiempo, comenzamos a establecer roles en casa, aunque todos tenían deberes, empezaron a involucrarse en otras actividades, por ejemplo, ahora tengo más apoyo en la cocina, todos cocinamos, ellos proponen qué cocinar y todos ayudamos. Esto, aunque parezca algo mínimo nos enseñó a ser tolerantes y escucharnos unos a otros, ahora en nuestra casa todo fluye mejor, porque aprendimos que el rol que tenemos en nuestro hogar es importante. 

La importancia de cuidarnos unos a otros

Durante un año hemos escuchado como las cifras de contagios y decesos aumentan, lo que pensamos que sería pasajero se ha convertido en una enseñanza, hoy más que nunca reconocemos la importancia de cuidarnos unos a otros. Lo que más me motiva en estos momentos es mi familia biológica y mi Familia SOS, yo tengo un doble motivo para cuidarme.

Recuerdo que hace unos meses, uno de los jóvenes tuvo un fuerte resfriado, por los síntomas creímos que se había contagiado de Covid-19, pero afortunadamente su prueba salió negativa. Fue un gran susto para todos, sin embargo, ese momento nos dio la fortaleza para continuar cuidándonos unos a otros. Hasta ahora nadie de la familia se ha contagiado y eso es lo más importante. 

En un año hemos escuchado la importancia de cuidarnos y seguir las medidas de precaución y es lo único que debería importarnos. Hace poco perdí a un familiar, él era aún joven y falleció a causa de esta enfermedad. Hoy, en casa valoramos mucho más lo que antes dábamos por sentado, teníamos mucha libertad y hoy estamos restringidos. 

Muchas veces los chicos se quejan y hablan de que extrañan la vida como era antes, pero siempre les digo que debemos seguir cuidándonos.

Además de pasar tiempo en familia, conversamos. Para ellos a veces es difícil entender que no pueden convivir con los otros niños, adolescentes y jóvenes, pero es que cada hogar tiene sus dinámicas y debemos ser precavidos. Les ha costado entender esto, pero a veces hay que ser firmes porque se ven tentados a hacer cosas como hace un año. 

Repito pasar todo el tiempo en casa no fue fácil, pero nos ha unido como familia, a veces vemos películas o series y cuando ellos se sienten muy estresados juegan fútbol en la cancha, es muy raro tener que reservar horario para hacer uso de las zonas comunes, pero es la única manera que todas las Cuidadoras SOS tenemos para garantizar que nuestras familias estén bien.  

Para cuidarlos a ellos, debo cuidar de mí 

En lo personal, lo que me ha servido son las reuniones con otras cuidadoras, aunque son remotas igual son un soporte vital. Además, tenemos talleres virtuales donde conversamos y decimos cómo no sentimos, compartimos reflexiones y palabras de aliento. También, hablo con mis familiares y ellos me dan fuerzas para seguir adelante.

En Aldeas Infantiles SOS, todas las Cuidadoras SOS tenemos el mismo fin, vamos hacia la misma dirección, que es ayudar a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes a triunfar en la vida, ayudarlos a salir adelante, que sean buenas personas y que no dejen de estudiar porque esa será su arma principal cuando emprenda su vida independiente. Depende de nosotras de que se lleven valores y buenos hábitos para su vida. Por supuesto que cada persona y cultura es distinta, y cada una tiene su manera de llegar a esto. 

A mí me ha servido inculcarles buenos valores y hábitos, darles límites y reglas. Eso les va a servir a cualquier lugar que vayan. En el trayecto se van creando lazos, se da guía y consejos de vida. Se tiene que hablar mucho con ellos para ganar su confianza. Sobre todo, hoy en día, es muy importante conversar con ellos, escucharlos y desarrollar actividades donde canalicen su energía.

Por nuestras familias sigamos cuidándonos, confío en que todo volverá a la normalidad, pero eso solo depende de nosotros.