noviembre 2 2019

Vivencias de una familia

19/06/2013. Tijuana B.C.- La historia de ocho hermanos biológicos que llegaron a la Aldea Infantil SOS Tijuana desde el 2006.

Los integrantes de la familia Mendoza Martínez, Lupita, Casandra, Osdana, Dayana, Virginia, Jesús, Uriel y Juan, son 8 hermanos biológicos que llegaron a vivir a la Aldea Infantil SOS Tijuana en el 2006. Ellos son muy cariñosos, sonrientes y educados, y sin importar las diferentes situaciones que han vivido como familia, son muy unidos.

El 22 de junio del año pasado, la casa que habitaban en la Aldea Infantil SOS Tijuana se incendió y rápidamente el guardia de seguridad actuó al igual que toda la comunidad para poner a los niños a salvo.

Sin embargo, en esos momentos a los niños únicamente les preocupaba que el guardia sacara con vida a su perrito Bolt, quien al permanecer escondido bajo el fregador de la casa, salió del incidente sin lesiones.

Después por iniciativa de los mismos niños y de la mamá, se le hizo un sencillo homenaje a Jaime, el guardia valiente que los puso a salvo, aunado a esto, en octubre del mismo año, su mamá Hanani que estaba a cargo de ellos, tuvo que renunciar a tan noble labor e irse a la Ciudad de México por motivos de salud.  

Cuando ocurrió la separación, los niños estaban muy tristes e inquietos; sin embargo, Hanani ha estado en comunicación permanente vía telefónica con ellos; los niños más pequeños se integraron a la casa de mamá Mary, mientras que los mayores, Casandra y Juan, se integraron a la Comunidad juvenil y siguen siendo monitoreados y apoyados.

Mary recibió con mucho gusto a 5 de los hermanos más pequeños. Sólo uno de los niños presentó problemas al extrañar demasiado a su mamá Hanani, por lo que desde hace tres meses vive de manera individual con la tía Irma. 

“Lo importante es que sigan viviendo su etapa de niños y que sean felices, ya que es una bendición permanecer unidos como hermanos y sobre todo porque son una gran familia.” – declaró Hanani, quien a pesar de la distancia se mantiene en contacto y les desea lo mejor.

Toda la familia Mendoza Martínez está consciente de que la vida sigue y poco a poco van superando los sucesos tristes que les ha tocado vivir, sin embargo, continúan siendo niños y niñas sonrientes. Inclusive, en la pared del comedor de su casa hay un cuadro grande con la cara de cada uno de ellos que dice “sonríe”:

No obstante, los niños acuden al Club de Niñas y Niños de México A.C., una organización en la que pueden tomar talleres deportivos o artísticos para desarrollar todo su potencial y alejarse de la delincuencia en las calles. En este lugar, Virginia ha recibido un reconocimiento como la mejor niña en Desarrollo Humano y su hermano Jesús ha completado retos como el de armar un rompecabezas de 500 piezas en 15 días. Mientras que Uriel, Dayana y Osdana participan en las distintas actividades deportivas.

Aunque adaptarse al cambio es complicado, la familia Martínez Mendoza cuenta con todo el apoyo necesario para salir adelante, lo más importante es que están unidos y han podido crecer juntos y protegidos por su mamá Hanini y su mamá  Mary.