Un día en la vida de un captador
Un día en la vida de un captador – abril 28 2015

Un día en la vida de un captador

28/04/2015. México, D.F.- Uno de los captadores de Aldeas Infantiles SOS nos cuenta cómo es el trabajo de un promotor.

-¡Hola! ¿Qué tal?-dejas ver una sonrisa mientras la saludas por la calle. En ese instante, tal vez: un camión pase frente a ustedes con estruendo; o a lo mejor, un claxon suene desafortunadamente; inclusive, puede que solamente, sea un perro quien ladre con fuerza en el momento justo en el que saludas a esa persona.

-¡Hola! ¿Cómo estás?- repites con insistencia pues al parecer aún no te ha escuchado. -¡Hola!- una vez más, y al ver su espalda alejarse te das cuenta, que nuevamente y como hecho repetido, has sido ignorado.

De pronto, te das cuenta que a unos pasos de ti, se encuentra un pequeño niño de no más de 8 años, pequeño de estatura pero lleno de ilusiones. Sus ojos, miran fijamente una moneda de 5 pesos, la cual sostienes en tu mano izquierda. Moneda que al igual que la tierra (y mira que coincidencia) es plana, pero también es redonda. Sobre su brazo derecho, descansa una cajita con dulces y cigarros… una contradicción para cualquier niño. Un hombre se acerca, pronuncia unas palabras, el cigarro viaja hacia él. El hombre paga, extiende su mano y ahora, ya  son dos monedas las que reposan en la mano izquierda de ese niño que está trabajando.

Frente a esa escena, respiras una vez más. Das unos cuantos pasos y nuevamente pronuncias con alegría:
-¡Hola! ¿Cómo estás?- De pronto, se detiene, sonríe, responde a tu saludo.

Aldeas Infantiles SOS México, le dices y continúas platicando. Logras ver la emoción en su rostro. Respondes sus dudas. Sigue sonriendo y de sus labios escuchas -“Vale, de acuerdo, vamos ayudar”-. Entonces todo cambia al oír esas palabras: ese sol ya no quema, ese frío ya no turba, esos pies ya no arden. Las calles ya no tienen ruido suficiente pues aquel “vamos ayudar se transforma en cientos de sonrisas.

Tu esfuerzo toma sentido. Y así, termina tu día, empezando una nueva historia, consiguiendo que la historia del niño que acabas de conocer, en tu corazón tenga un lugar distinto, que esa moneda de 5 pesos, de pronto se convierta en una moneda de chocolate, que al igual que la tierra: es plana, pero también es redonda y además de todo, y por si fuera poco es muy dulce.