Cuando mi vida cambió
noviembre 2 2019

Cuando mi vida cambió

22.03.2018.- Comitán de Domínguez, Chiapas.- El peor momento que un niño puede vivir es la perdida de sus padres, a los 12 años Esteban tuvo que enfrentar la muerte de su mamá, en ese momento parecía que todo perdía sentido, pero el futuro le tenía preparado una vida llena de amor, aprendizaje y éxito.

Mis padres eran refugiados guatemaltecos debido a la Guerra Civil que se enfrentaba en su país, mis hermanos y yo nacimos en una localidad llamada Río de Janeiro y mi lengua natal es kanjobal, la cual es característica en comunidades mayas.  

Mi mamá murió cuando mi hermana menor tenía dos meses de vida, tras el parto su salud empeoró debido a que la placenta no fue retirada, desafortunadamente en nuestra comunidad no contábamos con acceso a una clínica de salud y las parteras no tenían conocimientos médicos que ayudaran a mi mamá.

Tras la pérdida, mi padre no pudo hacerse cargo de nosotros. En ese momento, en nuestra comunidad trabajaba el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), esa organización informó a Aldeas Infantiles SOS sobre nuestra situación de orfandad, fue así como mis hermanos y yo llegamos en el año de 1999 a la Aldea Infantil SOS Comitán.

Cuando llegué a la Aldea sentí que vivía en otro mundo, crecer en una localidad en situación de pobreza era muy distinto a lo que representaba vivir en una Aldea. Yo no sabía hablar español, comunicarme  en ese entonces con mi Mamá SOS fue muy difícil, pero ella siempre me tuvo paciencia, de ella aprendí muchas cosas.

De niño pensaba que mi mamá nos había dejado como herencia el vivir en una Aldea, cuando ella murió todo se perdió, pero al llegar a Comitán nuestra vida cambió. Aquí encontramos una familia, mis hermanos y yo crecimos juntos, tuvimos el amor de Toñita, nuestra Mamá SOS, aprendimos a hablar otra lengua e hicimos realidad nuestros sueños.

Mi Mamá SOS, fue la persona que me motivó a salir adelante, aprender de mi pasado y construir un mejor futuro. Durante 11 años, ella me enseñó el sentido de la responsabilidad, hacer las cosas con el corazón y me entregó su amor de madre. También me alentó a estudiar una carrera y a superarme día con día.

Por eso, cuando ella murió fue una pérdida muy grande para mí,  por segunda vez volví a perder a una mamá. Ella siempre se entregó a sus hijos, los mejores momentos que viví  a su lado era cuando pasábamos la época navideña en familia.

Estudié dos carreras, al ver la necesidad que las personas tenían en la comunidad donde nací, quise estudiar Enfermería. También para mí era importante ayudar a quien lo necesitara, por ello durante mis vacaciones visitaba la Aldea de Tuxtla para dar rehabilitación a los niños con discapacidad.

Cuando comencé a buscar trabajo como enfermero, llegó una oportunidad que no podía rechazar. En ese entonces el subdirector de la Aldea de Comitán me comentó que estaba disponible la vacante de Acompañante de Jóvenes, yo no tenía los conocimientos en Pedagogía o Psicología para orientar a los niños,  adolescentes y jóvenes, por ello decidí estudiar la Licenciatura en Psicología.

Al principio estaba temeroso, recuerdo que le conté a mi mamá y ella me dijo: hazlo, inténtalo, tú ya conoces cómo es el trabajo y podrás hacerlo bien. Sus palabras y el apoyo de otras responsables de familia me ayudaron a afrontar el nuevo reto.

Durante el proceso, estudié Psicología con el objetivo de tener las herramientas para generar estrategias que contribuyeran al desarrollo integral de los niños, adolescentes y jóvenes, tras ocho años de trabajo me siento satisfecho porque he visto como el pasado no ha determinado su vida, cada día luchan por construir el futuro que ellos quieren.

Aldeas Infantiles SOS me ha dado mucho, por ello estoy agradecido de estar aquí. Cuando mi Mamá SOS se jubiló me dijo: Yo me voy, pero tú te quedas para dar lo mejor de ti a la organización.

Sé que mi vida cambió cuando llegué a la Aldea, en este lugar crecí, tuve un hogar, permanecí junto a mis hermanos, tuve el cariño de una mamá, estudié y me superé. Además construí mi propia familia, en un mes veré nacer a mi hija y eso me tiene muy feliz.

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