Los adolescentes y las adolescentes del programa de Morelia tuvieron la oportunidad de ser parte de este gran proyecto y se comprometieron a alimentar, cambiar de pañal, arrullar y cuidar a un bebé que no era real.
Para que todos los adolescentes de la aldea fueran parte de la dinámica, cada uno de los participantes cuidó a un bebe virtual durante una semana. El bebe estaba programado para pedir sus necesidades básicas y si se tardaban en atenderlo, éste lloraba cada vez más fuerte y se emberrinchaba, por lo que los padres ficticios debían responder rápidamente.
Los adolescentes y las adolescentes llevaron a sus hijos a sus citas al médico, al mercado, a fiestas, entre otros lugares a los que debían ir; lo que ocasionó que las personas los miraran de manera extraña, indagando si el bebe era verdadero o no, inclusive algunas personas les preguntaron por qué tenían hijos siendo tan jóvenes.
El llanto de los bebés era tan fuerte que este podía interrumpir el sueño de toda una familia, por lo que en más de una ocasión, algunas de las adolescentes tuvieron que dormir en la sala para no despertar a sus hermanos. A pesar de ello, las familias SOS también se involucraron en la actividad y sin deslindar a los adolescentes de su responsabilidad, algunas veces los apoyaron abrazando o arrullando a los bebés.
Luego, cuando todos los participantes se reunieron para compartir sus experiencias, mencionaron que el bebe comía mucho y no los dejaba dormir -“Estoy cansada, llora de 7 a 8 veces en la noche, cada 45 minutos”- afirmó una de las adolescentes presentes, y otra más declaró -“Es bonito, pero a la vez muy cansado, me gusta darle el biberón y cargarlo, pero lo más difícil es no saber por qué llora, me desespero fácilmente y lo tengo que llevar a todos lados”-.
-“Los adolescentes vivieron la experiencia de cuidar a otra persona. Asimismo, tomaron consciencia del ejercicio de su sexualidad. Observé la capacidad de amar que tienen a pesar de sus historias de vida, porque finalmente el maternaje o paternaje se aprende, y así se logra desempeñar un buen papel.”- comentó Dinora Rafael Vargas, Facilitadora Comunitaria de la Aldea Infantil SOS Morelia.
Finalmente, el programa “Bebé virtual” del Instituto de la Juventud Moreliana fue un ejercicio enriquecedor que se realizó con el objetivo de que los participantes se dieran cuenta de lo que implica hacerse responsable de un bebé a tan corta edad, y por el momento, los adolescentes y las adolescentes concluyeron que no quieren ser padres jóvenes, ya que con su hijo ficticio tuvieron suficiente.