noviembre 2 2019
Soy feliz por ser una Mamá SOS
Morelia, Michoacán.- Cuando tenía 18 años vi una película llamada Ratas de alcantarilla, me impactó mucho ver cómo los niños vivían en condiciones muy desfavorables y eso me motivó a buscar posibilidades de ayudar a la infancia.
Un día mientras vacacionaba en Tehuacán,
Puebla una de mis hermanas me comentó que se buscaban mujeres que desearan brindar cariño y protección a niños. Ese fue el momento que marcó un antes y un después en mi vida.
Durante cuatro años estuve trabajando en la Casa Hogar en
Tehuacán, tras una reestructuración en la organización me invitaron a participar en la aldea de Morelia como responsable de familia, y de eso ya han pasado 10 años.
Lo que más motiva es ver cómo los niños y adolescentes superan las adversidades que han vivido y trabajan todos los días para salir adelante, eso me llena de alegría y es una gran lección de vida.
Es impresionante el vínculo que se genera entre los integrantes de cada familia, considero que la clave para lograrlo es darse el tiempo de conocerse unos a otros.
En todos estos años he aprendido que el cariño que brindemos a los niños y adolescentes puede cambiarlo todo, es nuestra responsabilidad guiarlos para que construyan el futuro que desean.
Desde que era una niña me he sentido afortunada por contar con el apoyo de mi familia, para mí es el tesoro más grande que tengo. Mis padres me enseñaron a valorar la vida y el esfuerzo que realizaron por dar todo a su familia hace que ellos representen unos de mis mayores ejemplos de vida.
Hace 14 años llegué a
Aldeas Infantiles SOS y mi vida cambió. Aquí he podido conocerme más, lo que me ha permitido crecer como ser humano.
Recuerdo que cuando llegué a Morelia pensaba sólo quedarme un año, pero me siento feliz de seguir aquí y contribuir de alguna manera en los 14 niños y adolescentes que he cuidado durante todo este tiempo.
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