noviembre 2 2019
Compartiendo calor y generosidad
02.02.2018.- Tijuana, Baja California.- Tijuana es considera la frontera más visitada del mundo. Se estima que anualmente cruzan 40 millones de personas la frontera, muchos de ellos son latinoamericanos buscando el sueño americano.
Las personas que emigran lo hacen por motivos económicos, buscando un mejor nivel de vida, condiciones de trabajo, oportunidades de educación o en casos más críticos, por la situación de hambre y violencia que en muchos países en vías de desarrollo obliga a migrantes a arriesgar su vida.
En Tijuana se calcula que hay cerca de 2,000 personas viviendo en situación de calle, entre las que se encuentran hombres, mujeres y niños, algunos de ellos como consecuencia de las deportaciones realizadas por Estados Unidos, ya que se calcula que 3 de cada 10 deportados terminan viviendo como indigentes en Tijuana, donde se enfrentan a situaciones difíciles.
A inicios del año, las Familias SOS que viven en la Aldea Infantil SOS Tijuana se dispuso a regresar un poco de lo mucho que recibe de las personas que apoyan la labor de la organización. La comunidad completa participó en la elaboración de arroz con leche con el fin de regalarlo en puntos estratégicos de la zona centro de la ciudad.
-“En la Iglesia a la que asistía hacíamos actividades de caridad, a mí me gustaría seguir haciéndolo, considero que podemos ir al bordo o al basurero, ahí hay mucha gente que lo necesita”- comentó Nelly de 18 años.
Los niños y adolescentes que viven en la Aldea se enteraron que en la cafetería El Caracol sirven alimentos veganos a la población indigente durante cuatro días a la semana, con apoyo de donaciones y voluntariado cocina. Además conocieron la realidad que atraviesan las organizaciones que brindan apoyo a estas personas, ya que la ayuda no es suficiente, por ello decidieron sumar esfuerzos y contribuir a esa noble causa.
Para ayudar, los niños y adolescentes se dispusieron a entregar más de 250 vasos de arroz con leche y galletas a las personas que se acercaban y en hacer sentir confianza a las personas que no lo hacían. Asimismo donaron ropa y juguetes a espacios que apoyan a niños en situación de calle.
Cerca de una hora, las Familias SOS estuvieron en el parque Teniente Guerrero, brindando un poco de calor a las personas que se acercaron. – “Me gustaría volver al parque para llevar burritos y aguas frescas”- expresó Rodrigo de 13 años de edad.
Para los niños y adolescentes esta experiencia fue muy satisfactoria, ya que les permitió ser empáticos ante la realidad que enfrentan otras personas. Aprendieron la importancia de ayudar a quien lo necesita y que es responsabilidad de todos generar acciones que transformen la realidad de personas en situación de vulnerabilidad.
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